¿Por qué la guerra?
Reflexiones a partir de Boris Cyrulnik y Hannah Arendt.
¿Por qué la GUERRA?
Ésta es una pregunta que me la hacen desde los más pequeños hasta los más grandes. ¿Por qué existe la guerra?
Principalmente porque hay una dificultad de producir “lo social”.
Estamos viviendo niveles de agresividad en ascenso a nivel mundial. Cada país tiene su cultura y su problemática en particular, pero no hay sociedad que escape a la violencia.
Un psicoanalista francés llamado Boris Cyrulnik, tiene la experiencia teórica y práctica para poder hablar del asunto. A sus 6 años tuvo que esconderse bajo cuerpos de personas sin vida para que la Gestapo no lo matara. Perdió a sus padres y a gran parte de su familia en dicha guerra. Luego de sobrevivir, dedicó su vida a estudiar y formarse desde las bases de la medicina y la neurología encontrando en el psicoanálisis un aporte nodal.
Boris confiesa en una entrevista (dejo el link al final del artículo), que luego de haber vivido la guerra desde adentro, y haber vivido atrocidades, pensó que esa iba a ser la última vez que en el mundo se produzca semejante horror. Luego del trabajo de miles de instituciones que se ocuparon de las vivencias traumáticas que tuvieron las personas, y de numerosos trabajos de prevención de violencia, pensó que esto no iba a volver a suceder. Como todos sabemos, esto no es así. Las guerras volvieron y las sociedades son cada vez más agresivas.
El doctor Cyrulnik considera que en las sociedades hay un deseo de sumisión, que hay un deseo inconsciente de no tener que pensar. Según esta hipótesis, quieren que se les diga qué hacer y cómo hacerlo. Este deseo de sumisión deja como consecuencia la elección de dictadores. Es decir, en grandes sociedades democráticas se eligen a dictadores.
Hannah Arendt, fue una escritora alemana que tuvo que escaparse de Alemania por ser perseguida por los nazis, también nos ha dejado grandes trabajos para poder comprender un poco, como ella lo llama “la condición humana”. Ella asistió al juicio de Eichmann, funcionario del régimen nazi.
Luego de haber participado de dicho juicio, Arendt sacó como conclusión que Eichmann no era un monstruo, sino que era un “administrativo”, una persona que firmaba en papeles a quienes matar, solamente por su deber a seguir órdenes. Eichmann no sentía satisfacción por asesinar judíos, ni siquiera tenía rasgos antisemitas. Cito un poco su libro:
… “en cuanto al problema de conciencia, Eichmann recordaba perfectamente que hubiera llevado un peso en ella en el caso de que no hubiese cumplido las órdenes recibidas, las órdenes de enviar a la muerte a millones de hombres, mujeres y niños, con la mayor diligencia y meticulosidad. Evidentemente, resulta difícil creerlo. Seis psiquiatras habían certificado que Eichmann era un hombre «normal». «Más normal que yo, tras pasar por el trance de examinarle», se dijo que había exclamado uno de ellos.
Y otro consideró que los rasgos psicológicos de Eichmann, su actitud hacia su esposa, hijos, padre y madre, hermanos, hermanas y amigos, era «no solo normal, sino ejemplar». Y, por último, el religioso que le visitó regularmente en la prisión, después de que el Tribunal Supremo hubiera denegado el último recurso, declaró que Eichmann era un hombre con «ideas muy positivas». Tras las palabras de los expertos en mente y alma, estaba el hecho indiscutible de que Eichmann no constituía un caso de enajenación en el sentido jurídico, ni tampoco de insania moral. […]
Peor todavía, Eichmann tampoco constituía un caso de anormal odio hacia los judíos, ni un fanático antisemita, ni tampoco un fanático de cualquier otra doctrina. «Personalmente» nunca tuvo nada contra los judíos, sino que, al contrario, le asistían muchas «razones de carácter privado» para no odiarles”. (Hannah Arendt, Eichmann en Jerusalén. Un estudio acerca de la banalidad del mal).
¿Puede hacer el mal alguien que no es malo?
Desde mi óptica está más que claro que sí. Como se puede ver en Eichmann, seguir las órdenes de manera estricta puede llevar a una masacre. El doctor Cyrulnik considera que Eichmann era un hombre que estaba sujeto a una representación fría, aislado de toda sensibilidad, asilado de toda emoción. Él solamente tenía un discurso administrativo, él no pensaba, él aplicaba.
En el caso de Hitler, quien fue el que dirigió y el responsable de dar las órdenes, se encontró otro tipo de funcionamiento psicológico. El punto fundamental es que su discurso tenía claras señales de ser el discurso de un futuro dictador y en consecuencia, el responsable de un régimen totalitario. Fue Hitler quien convenció a gran parte de la sociedad alemana de que todos sus males eran consecuencia del judaísmo y del comunismo, y la solución era su destrucción.
¿Pero como lograr convencer a tantas personas? Por un lado, antes de que exista el nazismo, en Alemania se tenía la idea de que los alemanes eran una raza superior, y por otra parte, el antisemitismo ya existía. Lo que hizo Hitler, fue tomar como bandera dichas creencias que ya estaban instaladas. Su discurso era excepcional al sostenerse en los valores trabajadores y la familia, pero logró pasar inconscientemente la idea de que la solución será la destrucción del otro, en consecuencia, un radical rechazo de la alteridad.
Esto nos lleva a pensar en que: hay creencias que son nocivas para toda una sociedad. Principalmente el racismo y la creencia de que un grupo de gente desconocida sea mala y culpable.
Conclusión 1
Estos estudios son fundamentales para entender que cada vez que uno vota a un candidato político en su país, tiene que realmente saber localizar en cuales casos hay verdaderos riesgos de elegir a un dictador. Y por más de que nos parezca que estamos muy lejos de que eso suceda, cada vez se estará más cerca, debido a que las crisis son las que le dan el empujón a las propuestas de gobierno extremistas y radicales.
Conclusión 2
Desde mi perspectiva, el ser humano no soporta la incertidumbre. Ésta es en gran parte la base del dolor de existir. El hombre necesita encontrar algo que le dé un poco de seguridad, algo que lo sostenga. Necesita que el otro tenga la responsabilidad de lo que le pasa. Aquí es donde entre en juego, las religiones, las ideologías, las creencias mágicas. ¿Por qué una persona busca en un brujo la respuesta de cómo será su vida? De la misma manera, una persona elige a un dictador que le quite la responsabilidad de tomar las decisiones y decida cómo debe ser su vida.
La responsabilidad le resulta insoportable al ser humano.
La herramienta que nos permite salir de la lógica peligrosa como sociedad, es la de permitirle a las personas pensar, que es justamente lo que le faltó a Eichmann. La democracia no es suficiente para evitar una guerra.
Necesitamos imperativamente:
- Que los discursos de las personas que están encargadas de representarnos no se sostengan en la destrucción de “ un otro malo”.
- Cuidar que jamás se culpe a un grupo de personas por su origen. Evitar siempre el racismo, enseñar y prevenirlo.
- Evitar corrientes políticas que no puedan conversar con las oposiciones. Los monólogos se los dejamos a los que quieran hacer stand up.
Podrán encontrar las entrevistas de donde extraje los razonamientos del autor Boris Cyrulnik en los siguientes links: